«La escritura dice:
En el principio sólo existía el Caos. El Cielo y la Tierra formaban una masa confusa, en la que el todo y la nada se entremezclaban como la suciedad en el agua. Por doquier reinaba una espesa niebla que jamás logró ver ojo humano y a la que Pan Ku consiguió dispersar con su portentosa fuerza. Lo puro quedó entonces separado de lo impuro y apareció la suprema bondad, que esparce sus bendiciones sobre toda criatura. Su mundo es el de la luz. Quien a él se acerca descubre el camino que conduce al reino del bien».
Inicio de Viaje al Oeste, Anónimo (siglo XVI).
Viaje al Oeste (西遊記) es una de los cuatro clásicos -junto a Romance de los Tres Reinos, A la orilla del Agua y El sueño en el Pabellón Rojo- de la literatura china. Su elaborado entramado de prosa y poesía, en el que se hallan ecos de la lírica, la épica, la sátira, la filosofía y la religión, lo convierten en uno de los monumentos de la literatura universal. Publicada en 1590, en ella se narra la historia real del monje Xuanzang que partió hacia la India en busca de los verdaderos textos budistas durante la dinastía Tang (618–907). En la novela es acompañado por tres discípulos: Sun Wukong –más conocido como el Rey Mono, es tan popular en China como aquí lo puede ser el Quijote-, Zhu Bajie –conocido por Cerdo-, Sha Wujian – al que también se le llama Arena- y un príncipe dragón –que sirve de montura a Xuanzang-.
Sea quien fuese su autor, lo que si es cierto es que la preeminencia de Viaje al Oeste (西遊記) con respecto a los otros tres clásicos, arranca del hecho de que supo integrar con más perfección los postulados de las corrientes ideológicas que más han contribuido a moldear el espíritu chino: el confucionismo, el taoísmo y el budismo, hecho que podemos apreciar en los propios nombres de los protagonistas. Así, el monje Xuanzang es también conocido como Tripitaka –alusión a su función como peregrino que busca los textos budistas, ya que literalmente significa “tres colecciones de escritos”- y Santsang –designación taoísta de los tres elementos constitutivos del ser humano: el ching (esencia), el chi (energía vital) y el shen (espíritu)-. Asimismo, los tres discípulos del monje son seres que han alcanzado la inmortalidad gracias a la práctica de los principios recogidos en el I Ching –libro moral, filosófico y cosmogónico-, pero por las negligencias cometidas en sus vidas, han sido castigados y, para ser perdonados, tienen que realizar el viaje junto a Xuanzang. Las armas que éstos portan son una parte constitutiva del ser del inmortal. Cuanta más alta sea la perfección del Tao alcanzada, más maravillosas y poderosas serán las armas que blandan, puesto que se trata de una prolongación de su íntimo “ching”. En cuanto a las alusiones budistas son constantes a lo largo de toda la novela. No podía ser de otra forma en una obra que tiene por protagonistas a cuatro monjes empeñados en sufrir todo tipo de calamidades por conseguir los textos más representativos del budismo. La propia estructura de la novela depende de los temas esenciales del budismo religioso, es decir, el poder misericordioso de Buda, la necesidad de acumular méritos para alcanzar la iluminación y la exigencia de hacer de la vida un continuo retorno a Buda, a fin de escapar al determinismo reencarnatorio.
La popularidad de Viaje al Oeste es tal que posteriormente se han realizado diversas adaptaciones tanto para el público Occidental –Mono: un cuento popular de China- como para la pequeña pantalla – serie televisiva realizada por Yang Jie-, o para la gran pantalla –El Reino Prohibido, protagonizada por Jackie Chan o Jet Li-. Pero, quizás, la adaptación más famosa de Viaje al Oeste sea la realizada por el japonés Akira Toriyama en el manga publicado para la revista Shueisha entre 1984 y 1995, conocido como Dragon Ball. En esta adaptación, Goku, guerrero saiyajin, debe proteger la Tierra de otros seres que quieren conquistarla y exterminar la raza humana. Con más de 500 capítulos recopilados en 42 volúmenes, fue llevado a la televisión y obtuvo un gran éxito tanto en Japón como en Occidente.
El paralelismo que encontramos entre Viaje al Oeste y Dragon Ball comienza con sus principales protagonistas que comparten prácticamente el mismo nombre: Sun Wukong para la primera obra, y Son Goku para la segunda. Sun Wukong o Rey Mono nace de un huevo de piedra que se forma a partir de una antigua roca creada por el acoplamiento de los Cielos y la Tierra. Es un mono travieso que tiene el don de transformarse en 72 animales y elementos diferentes. El Emperador de Jade lo castiga por sus continuas fechorías y para poder ser perdonado, se enrola, junto al monje Xuanzang, en una peregrinación en busca de los textos budistas. Su principal arma es Rú Yì Bàng (如意棒), un bastón de hierro tan duro como el diamante y con la capacidad de cambiar de tamaño y número según el deseo de su dueño. Cuando Sun Wukong no lo usa, lo reduce al tamaño de una aguja y se lo coloca detrás de su oreja. Además, es capaz de crear clones suyos a través de pelos arrancados de su cuerpo, y así, obtener ventaja en las batallas. Es inmortal y capaz de reconocer a un demonio disfrazado. También poseía la técnica jīndǒuyún o Salto a las Nubes, con la que podía desplazarse a más de 50.000 km. en un solo salto. Todo esto le convierte en el miembro más fuerte de la peregrinación. Por otro lado, Son Goku es un niño con una cola de mono –la única característica física que comparte con Sun Wukong- que vive solo en las montañas y que cuando mira la luna llena se convierte en Ozaru – especie de simio gigante y violento-. Este, al igual que el Rey Mono, posee un bastón que se alarga y contrae según su deseo y que recibe el nombre de nyoibo. Además, más adelante posee una nube voladora llamada Kinton y que se asemeja a la técnica jīndǒuyún o Salto a las Nubes de la obra original. Ambos personajes son fuertes y muy diestros en las artes marciales.
El siguiente paralelismo lo encontramos en Xuanzang como Bulma. Xuanzang está basado en el histórico monje budista que fue en busca de los textos budistas a la India, a pesar de no contar con el consentimiento del emperador de la dinastía reinante, la Tang (618–907). Al cabo de prácticamente veinte años, regresa a China con los textos y es perdonado por el emperador. En la novela, Xuanzang emprende un peregrinaje en busca de estos textos budistas, junto a dos escoltas que le proporciona el emperador. Sin embargo, estos son asesinados en el viaje y el monje Bodhisattva le ayuda a buscar tres seres sobrenaturales que irán con él en su peregrinaje, se convertirán en sus discípulos y lo protegerán de los males. Mientras tanto, Bulma, como ocurre con Xuanzang, son los dos co-protagonistas de la novela y del manga, junto a Sun Wukong y Goku. Ella comienza la búsqueda de las Bolas de Dragón, al igual que Xuanzang hace con los textos budistas, y a la que se le van a ir uniendo diferentes personajes en su viaje. Algunos han querido ver en el maestro Roshi a Xuanzang, ya que este es una especie de ermitaño que lleva acuesta su propia casa, el caparazón de un tortuga.
Zhu Bajie como Oolong. Zhu Bajie era un inmortal de la Vía Láctea que fue castigado por intentar coquetear con la diosa Luna. Por ello fue desterrado a la Tierra para vivir como un hombre mortal pero su reencarnación salió mal y terminó en el útero de una cerda. Nació mitad cerdo y mitad humano, codicioso y pervertido, consigue casarse con una muchacha al hacerse pasar por un ser normal. Cuando es descubierto, este la secuestra, pero es liberada por Xuanzang y Sun Wukong. A partir de este momento, Zhu Bajie se une a su peregrinaje. Es capaz de transformarse en 36 seres y su arma es una especie de rastrillo conocido como jiuchidingpa. Lo convierte en el segundo más fuerte del grupo. Mientras tanto, Oolong es un cerdo humanoide capaz de convertirse en cualquier cosa y que posee cierta debilidad por las mujeres. Su nombre proviene del té oolong, una variedad de té chino, y viste con el uniforme del partido comunista chino. Al igual que el personaje de Zhu Bajie, este se une en la búsqueda de las Bolas de Dragón junto a Bulma y Goku.
Sha Wujing como Yamcha. Sha Wujiang es castigado al mundo de los mortales porque rompió sin querer una copa de cristal perteneciente a la Reina Madre del Oeste. En el mundo de los mortales se dedica a asustar a los pueblerinos en la zona del río Kaidu, pero es detenido por Xuanzang y Sun Wukong, uniéndose a su causa posteriormente. Su arma es un bastón que termina en media luna conocida como yueyachan. Es capaz de transformarse en 18 elementos y seres y es el más fuerte en el agua. Mientras Yamcha es un ladrón que lucha contra Goku pero que posteriormente se une en la búsqueda de las Bolas de Dragón junto a este y Bulma. Al igual que Sha Wujiang que es el más educado de los discípulos y que da todo por defender a su maestro Xuanzang, Yamcha es un buen guerrero que se siente orgulloso de defender la Tierra de los enemigos saiyajin.
Además de estos paralelismos con Viaje al Oeste, son numerosos los personajes que aparecen con nombres chinos o vistiendo ropa china en Dragon Ball. Así vemos que el nombre de Ten Shin Han proviene del arroz de Tianjin. Este posee un tercer ojo en la frente que conecta con la creencia budista e hindú; o Krilin que utiliza la ropa de los monjes shaolin, se rasura la cabeza y lleva seis puntos en su cabeza como ellos; o el dragón Shen Long que acude a la tierra cuando es invocado con las Bolas de Dragón y que se asemeja a uno de los siete dragones celestes chinos, precisamente los que llevan las nubes y las estrellas.
Como se puede apreciar, Dragon Ball presenta muchas de las características y de los elementos que contiene el clásico chino Viaje al Oeste, lo que no le resta mérito a la majestuosa obra de Akira Toriyama, la cual llevó, con sus variaciones, parte de la esencia de Viaje al Oeste a Occidente. Gracias a la traducción al español de Enrique P. Catón e Imelda Huang Wang, este clásico de la literatura china, y uno de los monumentos de la literatura universal, llegó a la población hispanohablante a principios del siglo XXI. Es una obra que recomiendo encarecidamente.
Tomado de : Chinalati